Compartimos con ustedes este reportaje que el periodista Carlos Ilardo le hizo a José Luis López, con motivo de su participación en el torneo Simón Bolivar, que se jugó en el Club Argentino de Ajedrez. La nota fue publicada en el diario La Nación.

PRUEBA INTEGRADORA 

 (Carlos A. Ilardo para La Nación)

Ya se sabe, más de veinte siglos de historia avalan la práctica del ajedrez como una herramienta formativa de las personas. Su estrategia desarrolla varias facultades del pensamiento; el ajedrez enseña a pensar. 

Como juego, entretenimiento o pasatiempo, incluso deporte, el juego ciencia actúa, además, como un factor de integración social: su práctica no sabe de distinciones de edades, sexo, ideologías o credos. El III Abierto internacional Simón Bolívar, Libertador, que se desarrolla en el Club Argentino de Ajedrez, es una cabal muestra de ello. 

Allí cada tarde jugadores de nueve naciones, maestros y aficionados, hombres y mujeres, niños y adultos, con su particular idiosincrasia aceptan el desafío de ingenio cobijados todos bajo la misma regla de la igualdad. Lo saben sus 120 participantes, lo disfruta, en particular, José Luis López, un joven de 29 años, estudiante universitario del 3er año de Derecho en la UBA; el campeón argentino ciego de ajedrez. 

"El Simón Bolívar ya se está transformando en una actividad permanente en el calendario de nuestro ajedrez; por tercer año consecutivo se repite esta prueba y cada vez son más los ajedrecistas que deciden jugarlo. Hay buenos premios, una buena organización y en mi caso particular me siento bien protegido, por eso me inscribí", contó a Canchallena, José Luis López que además tiene el cargo de presidente de ACUA (Ajedrecistas Ciegos Unidos de Argentina). 

Además el club está cerca de tu domicilio. ¿Eso te favorece, no? 

Si es cierto pero es un placer venir hasta acá. El Club Argentino es una institución con mucha historia, yo por cuestiones personales me había alejado, pero la actual conducción de Luis Palacios tiene una clara vocación integradora y me he vuelto a sentir muy cómodo volviendo a caminar por estos salones. 

Todos los días, cerca de las 20, José Luis de figura maciza y casi un metro setenta de estatura, provisto de sus habituales gafas oscuras y un bastón blanco sube por el ascensor hasta el 1er piso donde en una sala acondicionada lo aguarda Raúl Vignoles, uno de los árbitro adjuntos del certamen. Allí frente a la mesa, despliega su tablero y piezas de ajedrez diseñado especialmente; los trebejos quedan encastrados en cada escaque lo que le permite desplazar las palmas de sus manos sin temores para "ver" y sentir la ubicación exacta de cada pieza y las posibles amenazas del juego tras cada movimiento y respuesta de su rival. 

Después de cuatro ruedas, producto de victorias, empates y derrotas, José Luis suma 1,5 punto. 

"Yo disfruto mucho con el ajedrez, porque es la única actividad deportiva que me permite jugar con otras personas que no tienen mi discapacidad visual. Acá es diferente, porque por ejemplo también juego en River Plate en el equipo de fútbol para ciegos pero allí todos somos ciegos, no podríamos jugarlo con personas videntes porque sería una diferencia muy grande, en cambio acá yo puedo jugarlo con esas personas y lo único que necesito es que me digan a viva voz qué jugada realizaron para pasarla a mi tablero hasta encontrar la mejor respuesta que también la dicto en forma oral para que el árbitro la ejecute sobre el tablero de mi rival", 

¿Y no sentis que la lucha es despareja? 

No, no lo creo, lo que es despareja es la preparación, las herramientas con las que contamos unos u otros. Por ejemplos nosotros los no videntes no contamos con tantas revistas, libros o tecnologías adaptadas para poder estudiar. En mi caso tengo una PC con un programa de lector de pantalla que me ayuda pero a veces no es suficiente porque es algo lento, en cambio los videntes con un doble clic en el mouse ingresan a las base de datos y en dos minutos tienen todas las partidas de sus rivales. Pero más allá de todo, la verdad es que los que me ganan lo hacen porque son mejores. Ven una jugada más que yo (risas). 

Casado hace 27 meses con Nerina (también no vidente), José Luis espera impaciente la llegada del 9 de Julio, no se trata sólo por los festejos patrios es que para esa fecha su mujer dará a luz a Tomás Agustín, su primer hijo. 

"Sí estamos muy contentos y ansiosos a la vez, será algo muy lindo y marcará una nueva etapa en nuestras vidas. ¿si va a jugar ajedrez?, yo creo que sí, no le voy a insistir para que lo haga pero supongo que pasará eso de que los hijos a veces imitan a los padres y si me ve jugando él va a querer aprender para ganarme. No creo que le cueste mucho lograrlo (risas). 

¿Por qué se fundó ACUA? 

Eso pasó en 2008, es que en el país había un vacío institucional con el tema del ajedrez para ciegos; se dejó de practicar por cuestiones políticas. A mi me eligieron presidente pero un gran trabajador anónimo es el árbitro Mario Zilli, él es el verdadero motor de las actividades de ACUA. 

¿Y el título de campeón como llegó? 

Después de muchas charlas y reuniones se llegó al armado del primer campeonato argentino para ciegos. Se realizó en 2009 en Ezeiza con la participación de 30 jugadores de siete provincias argentinas. Fue una alegría haber terminado primero, invicto, con 6 puntos en siete ruedas.

Este año repetiremos la prueba y creo que superaremos las expectativa de la convocatoria. Será otro éxito". 

José Luis López, un joven luchador frente al tablero de la vida que disfruta de todo lo que hace, con lo poco que tiene. Para él también "lo esencial es invisible a los ojos". Juega con el corazón, vence a las adversidades. Sigue dando batalla. 

El certamen previsto a nueve ruedas, con $24.000 en premios (aportados por las empresas PDV Sur y PDV SA Argentina) continuará hoy, desde las 20, con la 5ª rueda.